jueves, 26 de abril de 2018

Descubriendo el K Beauty

La curiosidad es parte esencial de mi vida, soy como un gatito, y fue ella quién abrió la puerta a  un mundo nuevo, lleno de lindos packaging, de lindas colecciones y de excelentes productos... la cosmética coreana, aquí les traigo mi inicio, mi historia.
Durante mucho tiempo busqué incesantemente cuáles eran los productos ideales para mi rostro. Los hábitos de cuidado facial no eran los mejores, ya que mi madre además de agua y una crema humectante que aplica de tanto en tanto, no hace nada más por su piel, así que con su ejemplo sólo aplicada una crema humectante, y luego todo cambió.
Les daré un dato bastante personal, pero que entenderán que viene acorde a la historia. Mi periodo menstrual comenzó cuando tenía solo 9 años, si viene al caso porque fue cuando comencé a luchar contra el acné. Al principio lo vi cómo una muestra de madurez, era la primera de mis amigas que "se convertía en mujer, dejando la niñez atrás" y según mi madre las espinillas son parte del periodo, claro en ese punto no le tomé mucha atención. Más al ir creciendo mi cuerpo fue reaccionando cada vez peor, quizás mi pésima rutina de limpieza y humectación, mis desórdenes hormonales, o qué se yo, pero el acné se fue asentando en mi rostro y haciéndose presente en los momentos menos indicado. Lo bueno es que mi acné sólo dejaba manchitas, no hendiduras en mi piel, así que me conformaba con eso y no me sentía contrariada con él, hasta que al rededor de los 12 años mi madre me llevó al médico, por otras razones. El doctor, un hombre alto, canoso y con aire de alemán, luego de revisarme y darme la medicación para una gastroenteritis me dijo -tantas carachas en la cara, te daré pastillas anticonceptivas para que se te quite esa cuestión- Y ahí comenzó mi calvario.
Sus palabras no sólo hicieron que comenzara a ver el acné cómo un problema, además ahora me veía al espejo y me decía -que asco tus carachas-
Eso dió paso al despilfarro en dermatólogos, ginecólogos, cuánta crema me decían que eliminaba el acné, andar con mi rostro reseco y dolorido por los jabones abrasivos y cremas astringentes. Fueron 10 o 15 años de comprar cuánto producto decían que me ayudaría, hasta que conocí el Kbeauty y mi forma de ver el cuidado de la piel cambio.
Para hacer mi rutina leí demasiado, aunque no conseguí el libro de Choo, me abarroté de blogs, el buscador del grupo en facebook al que pertenezco me dejó pasearme entre historias, comentarios, reseñas y reacciones, navegué sin cesar tratando de aprender de ingredientes. Y aquí estoy ahora, comenzando mi blog con el que pretendo aportar un granito de arena. Si eres nueva en éste mundo ¡¡Bienvenida!! Ya lograremos caminar una al lado de la otra e ir ayudándonos.
*Tiarilla*